Tres trucos para una buena adaptación radiofónica.
Hay cuentos para dar y tomar. Cuentos infantiles y de adultos, cuentos realistas y de pura fantasía, cuentos de amor y de terror, históricos y de aventuras, cuentos de la tradición oral y otros que encontramos en internet.
El cuento pertenece a la “familia narrativa”. Es decir, en un cuento el narrador o la narradora son decisivos. En la “familia teatral”, por el contrario, los personajes y sus diálogos ocupan prácticamente la mayor parte del tiempo. En un cuento no. Incluso muchos escritores de cuentos prescinden de estos diálogos y escriben párrafos y párrafos de pura narración.
Si queremos adaptar un cuento para radio, la solución más fácil sería leerlo a una voz ante el micrófono con un fondo musical. Y listo. Pero podemos ser más creativas, más imaginativos. ¿Cómo hacerlo?
Lo primero es elegir bien el cuento. Que no sea muy enredado, que lo pueda entender la gente y le guste. Que tenga acción, que no sea muy intimista. Y que tampoco sea muy largo. Entre cinco y diez minutos es un tiempo razonable para un cuento radiofónico.
Elegido el cuento, hay que “marcarlo”. Toma un bolígrafo y señala los personajes, los principales y los secundarios. Separa las escenas para ubicar ahí las cortinas musicales. Sustituye algunas palabras difíciles o muy locales por otras de más fácil comprensión.
Hecho esto, aquí van los tres trucos princiaples para una buena adaptación:
1- Describir los sentimientos con música
Con las “cortinas” separamos las escenas. Pero con los “fondos” las calentamos. Si la escena es de amor, pon de fondo música romántica. Si es de miedo, pon música de suspense. (Si no tiene grandes emociones, no pongas ningún fondo.) Puedes traducir muchos sentimientos de los personajes descritos por el narrador poniendo los fondos adecuados.
2- Describir el ambiente y las acciones con efectos
Muchas descripciones del paisaje o de lo que ocurre en la historia pueden sustituirse con los efectos de sonido correspondientes. Si en el cuento se anuncia una tormenta, bastan unos truenos lejanos para sugerirla. Si los personajes esperan la llegada de un auto, pon un ruido de motor que se acerca.
Los efectos le dan color a la narración. A veces, pueden sustituir a las palabras que los describen. Otras veces, reforzarlas. Por ejemplo, supongamos que en el cuento se dice: “Gira que te gira el viento, y no se cansa el viento de girar.” Este lindo texto perdería si lo eliminamos y sustituimos simplemente por un silbido de viento. En este caso, podemos mantener las palabras y las reforzamos con el efecto.
3- Traducir la narración de los hechos a diálogos
Este es el mayor desafío que enfrenta quien adapta. Para conseguirlo, debe haberse familiarizado con los personajes del cuento, porque los va a hacer hablar según sus caracteres. El mejor punto de apoyo para lograr esto son los diálogos ya existentes en el mismo cuento, aunque tal vez sean breves.
Atención. No se trata de eliminar al narrador, pero sí de desplazar el acento de la historia hacia escenas teatralizadas por los actores.
Dicen que el arte de quien adapta consiste en combinar la fidelidad al autor del cuento con la libertad para traducir su obra al lenguaje propio del medio radiofónico.
fuente: http://radialistas.net
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